2011-06-08

Rrportaje sobre la agricultura bajo plástico de Almeria




La crisis del pepino en Almería ha demostrado que el mundo globalizado puede convertir la agricultura en una actividad empresarial y rentable, pero también que las fronteras se cierran con más facilidad que se abren. Y los agricultores siguen siendo el eslabón más frágil de la cadena. La cosecha almeriense representa el 25% del valor del campo andaluz así que aquí también puede aplicarse el dicho: si Almería tose, Andalucía se acatarra. Sin embargo, el oleaje de la costa del plástico ha llegado mucho más lejos. Murcia, Valencia o Portugal, están viendo sus cosechas afectadas por la falta de venta. Y toda la Unión Europea puede sufrir el cierre al comercio hortofrutícola decretado por países como Rusia.

Ha bastado con un mal gesto de las autoridades de Alemania, que, antes de tener las pruebas suficientes, acusaron al pepino de Almería de ser responsable de las primeras muertes que se dieron en el norte de aquel país por la bacteria Escherichia coli. Ya van 22 fallecidos y más de 1.500 afectados. Alemania lamenta tímidamente el daño causado en los invernaderos españoles: el pepino no es culpable, dicen, pero ya lo están pagando el tomate, la berenjena, el calabacín, el melón... La recolección en el poniente almeriense puede darse por concluida. Sin que sirva de consuelo, afortunadamente la campaña estaba tocando a su fin. "Si esto llega a pasar hace un mes, el desastre hubiera sido fatal", reconocen los afectados. . ........

Carmen Morán en EL PAIS

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