La primera declaración a tener en cuenta ha corrido a cargo de Durâo Barroso, que ha dirigido una carta a los eurodiputados en la que indica que la Comisión Europea, que él preside, propondrá en 2011 una «reforma sustancial» de la PAC. En ese texto señala que «está claro que la agricultura adquirirá una gran importancia a la hora de superar algunos de los grandes desafíos, como la seguridad alimentaria mundial, a la hora de frenar la pérdida de la biodiversidad y para gestionar nuestros recursos de forma sostenible». La segunda declaración a considerar es la realizada por el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, en la que indicó que «una reforma de la PAC dictada por los condicionantes presupuestarios sería un grave error y pagaríamos muy caro ese error». La tercera declaración, que no se debe pasar por alto, ha sido de su colega de Programación Financiera (el encargado de preparar la «pasta»), quien ha afirmado que el porcentaje que representan las ayudas agrarias en el presupuesto comunitario tendrá que reducirse en el ejercicio 2020 con respecto al actual, con el fin de liberar más recursos para la investigación, el desarrollo y las ambiciones globales. Son tres tomas de posición que avisan de la importancia de los tiempos que están por venir. La conclusión que extraigo es que a partir de 2014 continuará habiendo dinero para el campo, pero no creo que la cantidad sea mayor que la actual.
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