2010-09-27

Bizkaiko Txakolina, menos uva, mayor calidad



DEIA: No estaba en sus manos. El único factor que los viticultores no pueden controlar en sus cosechas les ha cobrado una mala pasada. El tiempo ha jugado sus cartas. Una baraja cargada de lluvia durante toda la primavera con unas cuantas manos de sequía durante el verano y una buena baza de rayos de sol. Esta jugada ha impedido que la flor de la uva cuajara. Echando a perder gran parte de la cosecha de Txakoli 2010. Sin embargo, aquellas uvas que resistieron el azote temporal han madurado. La calidad de la uva es "excelente" y la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina, optimista. "Tendremos una txakoli de gran calidad", apunta Antxon Txapartegi, secretario técnico del Consejo Regulador.
La pérdida de gran parte de la cosecha no será un gran problema para alcanzar las cuotas vendimiadas el pasado año -1.240.000 litros-.Tampoco para superarlos. Y es que, a pesar de que muchos racimos perdieron sus uvas en junio por las lluvias, este año se han sumado nuevas bodegas a la producción del caldo vizcaino. El Consejo Regulador calcula un aumento de 80 a 90 hectáreas para esta cosecha, es decir, todas aquellas plantaciones que iniciaron la producción entre los años 2006 y 2008 y que ahora funcionan al 100%. Con la suma de estas tierras, la pérdida de frutos se verá compensada. Tanto que, incluso, calculan que este año los litros recogidos podrían superar a la cosecha anterior en un 10%, alrededor de 130.000 litros más de néctar.
"Nuestra producción es muy pequeña comparada con la que realizan en otros lugares. Superar el millón de litros es comparable a lo que produce una bodega tipo de La Rioja. Somos un grano de arena en comparación con lo que se produce allí, sólo que nosotros vendemos un producto exclusivo", explica, humilde, Txapartegi. Sin embargo, si todo sale según lo esperado, en 2010 Bizkaiko Txakolina podría sacar al mercado 140.000 botellas más que en la cosecha de 2009. "Es sólo una expectativa", subraya el secretario con cautela. Pero realmente confía en alcanzar su meta.
La vendimia comenzará este fin de semana, con las variedades de uva más tempranas. Pero la mayor parte de la uva de Denominación de Origen se vendimiará el fin de semana siguiente. A partir de ahí, queda en manos de cada bodega la duración del proceso. "Depende de lo que se pretenda conseguir con el fruto", apunta Txapartegi. Aun así, el secretario técnico del Consejo Regulador concreta que para el 15 de octubre se habrán recogido las últimas uvas a lo largo de las 345 hectáreas que forman parte del organismo regulador.
Más maduras Este es un momento que Bizkaiko Txakolina espera con expectación, ya que será clave para determinar la calidad del nuevo caldo. Y como si sostuviera una copa del nuevo txakoli en la mano y lo saboreara lentamente, Txapartegi adelanta su sabor: "Va a expresar con más claridad lo que es la complejidad del txakoli de Bizkaia. Un sabor a fruta blanca. Un vino más complejo y con un poco más de alcohol", desvela.
"Cuanto más maduro esté el fruto tendrá mejores condiciones", explica. Ese es el secreto de esta cosecha. La madurez. "Es más ácido, tiene más azúcar...", añade el secretario, quien asegura que un 85% de la producción de txakoli que elaboran se queda en casa, en tierras vizcainas. Sólo un 4% se exporta al extranjero -un porcentaje importante para Bizkaiko Txakolina- y el resto se reparte por el Estado, sobre todo entre Madrid y Barcelona.
En el sabor también influye cómo y dónde se cultive la uva. La orientación de la parcela o si está ubicada en una ladera son, por ejemplo, dos factores clave en la viticultura. "El microclima de cada parcela es mucho más importante que la localidad o la zona de Bizkaia en la que se cultive", aclara.
Sobre esto entiende mucho Garikoitz Ríos, viticultor que posee 30 hectáreas de viñedos para su bodega Itxasmendi. "Se tiene que realizar una buena planificación en la situación del viñedo, su estructura...", apunta. Es su pasión. Cada día mima las uvas durante horas incontables -"es un trabajo en el que el tiempo no existe", dice- para que el resultado de su cosecha sea inmejorable. "Si quieres conseguir un producto de calidad tienes que dedicarle mucho tiempo. Conocer planta a planta y darles lo que necesitan una a una...", explica.
Él es prudente con respecto a la cosecha. No le gusta adelantar acontecimientos. "2009 fue un año estupendo para mí. Sin embargo, 2007 fue bastante malo. Así que decir cómo va a ser 2010... De momento estamos muy contentos porque el mes de septiembre está haciendo un tiempo precioso de cara a la vendimia", adelanta.
Y es que la uva es caprichosa. Y el txakoli, también. Le gustan los contrastes de temperaturas entre el día y la noche. Y, además, un poco de viento sur en la última época de recolección. Pero no todos los años se dan estas condiciones climatológicas. "Eso es lo bonito de esta profesión. Que cada año es distinto. Es una grandeza de este trabajo porque tiene un carácter diferencial de unos años a otros. Por eso estoy en esta profesión. No es como hacer tornillos. Cada año el clima es distinto y eso hace que las añadas también lo sean", aclara.
intensidad aromática Garikoitz, que exporta su caldo a 18 países extranjeros, entre ellos Estado Unidos, y Filipinas, coincide con Txapartegi en el sabor que tendrá el nuevo txakoli "Va a ser un año de mucha intensidad aromática", describe. "En los últimos días habría que buscar el equilibrio entre la graduación alcohólica y la acidez, que son los tres factores que determinan que una añada sea diferente a otra: el grado alcohólico, la acidez y los aromas", añade.
Pero aún quedan aproximadamente quince días en los que la tierra y, sobre todo, el clima serán determinantes para analizar el cuerpo y la acidez del caldo vizcaino. Dos semanas en las que los viticultores no cesarán de mirar al cielo esperando que el tiempo no tenga un as escondido en la manga.

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