Y la Epidemiología, las Infecciosas y la Comunicación. ¡Vaya mes de junio! A frau Merkel le crecen hasta los lipitusienses, pero desde luego los cultivos del E. Coli, no. Sus investigadores no encuentran nada. Y cada día que pase, lo tendrán más difícil.
La panzer-division de froilan Cornelia Prüfer-Storcks continúa su avance o huida hacia un horizonte desconocido por los campos europeos, arrasando huertas e invernaderos, pepinos, lechugas, tomates y ahora brotes de soja, ¡toma dieta mediterránea!, ante la mirada atónita de unos agricultores que solo les faltaba este empujoncito para caer en la ruina más absoluta y la actitud contemporizadora de una ministra española que intenta no enfadar en demasía a frau Merkel, tan hábil con el látigo del incremento de la jornada laboral, la productividad y los ajustes.
La humildad no es una de las virtudes que adornan a los que se ganan la vida en la política. Es como una especie de virginidad que se pierde al pisar moqueta y disponer de coche oficial. Estos días, en nuestras latitudes, hemos asistido a la humanización transitoria de los políticos. Viéndose, en el mejor de los casos, en la oposición o directamente en la calle, descienden de sus pedestales de cartón-piedra y pretenden confundirse con lo que antes era chusma de paletos y ahora es ciudadanía. Hasta retoman el hábito de escuchar, admitiendo desconocer temas sobre los que ayer dictaminaban como especialistas y evidenciando su zozobra personal, ante la sonrisa poco caritativa, del funcionariado vilipendiado hasta fechas recientes..... NOTICIAS de GIPUZKOA
La panzer-division de froilan Cornelia Prüfer-Storcks continúa su avance o huida hacia un horizonte desconocido por los campos europeos, arrasando huertas e invernaderos, pepinos, lechugas, tomates y ahora brotes de soja, ¡toma dieta mediterránea!, ante la mirada atónita de unos agricultores que solo les faltaba este empujoncito para caer en la ruina más absoluta y la actitud contemporizadora de una ministra española que intenta no enfadar en demasía a frau Merkel, tan hábil con el látigo del incremento de la jornada laboral, la productividad y los ajustes.
La humildad no es una de las virtudes que adornan a los que se ganan la vida en la política. Es como una especie de virginidad que se pierde al pisar moqueta y disponer de coche oficial. Estos días, en nuestras latitudes, hemos asistido a la humanización transitoria de los políticos. Viéndose, en el mejor de los casos, en la oposición o directamente en la calle, descienden de sus pedestales de cartón-piedra y pretenden confundirse con lo que antes era chusma de paletos y ahora es ciudadanía. Hasta retoman el hábito de escuchar, admitiendo desconocer temas sobre los que ayer dictaminaban como especialistas y evidenciando su zozobra personal, ante la sonrisa poco caritativa, del funcionariado vilipendiado hasta fechas recientes..... NOTICIAS de GIPUZKOA
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